El terreno, con una altitud superior a los 500 metros, es muy montañoso quedando dos llanuras u hoyas -las de Castalla y la de Alcoy- entre las montañas, prolongación de sistema prebético peninsular. Son éstas: la sierra de Mariola al N.; las de Onil, la Argueña y Castalla, por el O.; por el S. Y el E., las de Maigmó, Peñarroya y Carrasqueta; y en el centro la comarca separando las dos hoyas, las del Carrascal de Alcoy y del Menechaor, cuya cota más alta es la del pico del mismo nombre situado al Norte de Ibi.
Dos son los ríos más importantes que atraviesan la comarca: el Serpis, también llamado riu d´Alcoi, que se forma por la confluencia de otros ríos o fuentes que nacen en la vertiente sur de la Sierra Mariola, como son el Barchell, Polop, o Cinc, así como el Molinar, que nace en la sierra de Plans. El Serpis dirige su curso hacia el NE de la comarca, se adentra en la provincia de Valencia por la vertiente occidental de la sierra Azafor, y desemboca en Gandía. Forma un embalse, el de Beniarrés, que tiene una capacidad de siete millones y medio de metros cúbicos, en el valle de Planes.
El otro río importante de la comarca es el Monnegre o río Verde -recibe varios nombres, según la población o zona por la que pasa-. Nace en los Altos del Biscoi, en la sierra de Onil, y se forma por la aportación de varias fuentes que transcurren por las sierras de la comarca. Este río es embalsado en el pantano de Tibi, construido en el XVI y considerado como el más antiguo de Europa.
El clima es mediterráneo, oscilando su nivel pluviométrico entre los 400 y 500 mm., siendo las precipitaciones más elevadas en las cumbres de las sierras que circundan la comarca. Las lluvias se producen en dos períodos equinocciales -primavera y otoño-. Las temperaturas son bajas en invierno, por lo que no es extraño que en los meses más fríos aparezcan nieves, sobre todo en las sierras de la Carrasqueta, de la Argueña o de Menechaor. En verano, las temperaturas son más suaves que en la costa, oscilando entre los 21º-25º C.
Por lo que se refiere a la vegetación, ésta viene determinada por las escasas precipitaciones. Es el matorral el que predomina en el llano, mientras que en el conjunto montañoso de las sierras crecen las encinas, árbol típico mediterráneo que está en franca regresión, y se alterna con el pino carrasco. En el monte bajo de estas sierras crece las coscoja -arbusto de la encina-, así como el lentisco, aliaga y enebro. En las umbrías de las sierras son propios los pinares. En las barrancadas podemos encontrar la olivarda y el junco, y en la ribera del Serpis, chopos. Es en la sierra de Mariola donde se da una gran cantidad de plastas aromáticas y medicinales: tomillo, romero, cantueso, manzanilla, entre otras.
Desde la mitad del presente siglo, la comarca ha mantenido un constante ritmo de crecimiento en la población. Así, mientras en Alcoy se convierte en un centro de emigración desde comienzos de siglo -primero con gentes del valle de Albaida y otros pueblos limítrofes, y posteriormente de Andalucía-, es a partir de los años sesenta cuando los núcleos de Ibi, Onil y Castalla ven aumentar su población. Esto es debido, esencialmente, al desarrollo de la industria, que acoge a la mayor parte de la población activa de la comarca, por que es el sector secundario el que predomina sobre los otros. En Alcoy, son las industrias textiles, papeleras, químicas (plásticos) y alimentarias las que más importancia han alcanzado. La metalurgia, con industrias dedicadas a la fabricación de maquinaria agrícola y herramientas, la textil y la del papel -que ha crecido gracias a la fabricación de manipulados de papel y cartón con destino a los envasados de los productos de la comarca-, son las que se han extendido por otras poblaciones, como Bañeres. Ibi, Onil y Castalla han desarrollado una importante industria juguetera, de la que son los mayores productores nacionales.
La casa rural de esta comarca es el mas, típica en el paisaje de secano, que está formada por una vivienda de dos plantas alrededor de un patio interior. Por lo que respecta a la actividad agraria, son los cultivos de secano los que ocupan la mayor parte de la tierra cultiva. Olivos, viñas, almendros y cereales se encuentran dispersos en pequeñas terrazas por la hoya de Alcoy y en los marjales de la de Castalla. Es en esta última zona donde se ha llevado a cabo una gran transformación de estos cultivos de secano en plantaciones de frutales en donde el terreno y la posibilidad de establecer regadíos lo han permitido, por lo que el manzano y el peral están sustituyendo al olivo. El regadío es poco importante y produce hortalizas y cereales. Los pastizales ocupan también una amplia superficie de terreno.
La única vía de comunicación por ferrocarril con la que cuenta la comarca es la línea Alcoy-Játiva (1903), que la une con Madrid y Valencia. Hasta hace unos años funcionaba la de Alcoy-Gandía (el popularmente cono Trenet dels anglesos), construida en 1893 con el fin de transportar el carbón importado de Inglaterra.
Por carretera, las comunicaciones se realizan a través de la N-340 que une Alicante con Alcoy y con Valencia por el interior. También la carretera 3313 comunica Alcoy con Callosa d´En Sarrià y con Bañeres, mientras que la carretera Alcoy-Villena une éstas dos poblaciones a través de Ibi y Biar. Esta vía de comunicación queda unida a la que va desde Alicante a Castalla pasando por San Vicente del Raspeig.
Sin duda, la fiesta por antonomasia en esta comarca es la de moros y cristianos, que vienen a rememorar el pasado morisco de estas tierras en la que tantos vestigios se conservan del paso de éstos. Esta antigua tradición adquiere su mayor esplendo en Alcoy, donde la suntuosidad y fantasía de los desfiles de ambos bandos hacen incomparables estas fiestas, llenas de colorido, en las que el olor a pólvora impregna cada rincón de esta ciudad los días 22, 23 y 24 de abril cada año.
Por lo que se refiere a la gastronomía, habría que distinguir entre la zona de Alcoy y la hoya de Castalla. Así, en el primero es el plato típico la olleta, que contiene mano y morro de cerdo, embutidos cocidos junto a habichuelas, pencas, patatas y arroz, todo ello hervido hasta que el plato adquiera el necesario punto meloso para su degustación. La pericana es también un plazo típico de esta zona de la montaña. Lleva ésta, pimientos secos fritos, ajos asados, sal y tiras de bacalao, todo ello bañado en aceite crudo.
Sin embargo, en la zona de Castalla es más típico el gazpacho, que nada tiene que ver con el andaluz.
La comarca del Comtat, al igual que su vecina l´Alcoia, constituye una gran hondonada rodeada de altas montañas y surcada en su interior por otras elevaciones de menor consideración, aunque coronadas a menudo por afiladas crestas. Entre unas y otras discurre una compleja red fluvial que, al circular por terrenos blandos e inestables, crea una secuencia de barrancos y cañones de empinadas paredes que dotan a esta comarca de una gran belleza paisajística; aunque el interés de esas formaciones naturales no ha quedado limitado a su contemplación ya que han servido para represar el exceso de las avenidas y hacerlas útiles, como en el caso del embalse de Beniarrés, o para realizar el trazado de caminos y carreteras. Sus condiciones de zona interior y montañosa determinan un clima continental con temperaturas medias entre 4,9º en enero y 21,4º en agosto, temperaturas que disminuyen con la altura, sin constituir un contratiempo insalvable para quien visita esa comarca, antes bien, permiten a muchos alicantinos gozar en invierno del espectáculo de la nieve y rematar la jornada festiva con una suculenta comida en el abrigo que proporciona cualquier mesón de los numerosos que pueblan sus caminos. Las lluvias son mucho más frecuentes que en las comarcas limítrofes. Oscilan entre 500 y 900 mm. anuales, correspondiendo las superiores a las vertientes montañosas.
Esas cualidades climáticas determinan una abundante y variada vegetación. El pino y la carrasca son las especies arbóreas predominantes -aunque cada días más escasa la última- mezcladas con un rico sotobosque abundante en especies aromáticas y medicinales, de las que la sierra de Mariola es la mayor reserva de Europa.
Esa riqueza natural hizo que el hombre, desde los primeros momentos de su establecimiento en estas tierras, se afincara en esa comarca. De las primeras épocas tenemos pruebas de su asientamiento en la Cova Beneito en el término de Muro de Alcoy, Cova de l´Or, en Beniarrés, Covetes Rotjes - con pinturas rupestres- en Benimasot. También la Edad de Bronce dejó restos en estas tierras, comenzando adquirir mayor preponderancia en época ibérica, de la que conservan yacimientos que han aportado valiosos testimonios. La dominación romana no parece que hiciera mella en esta región; sus habitantes mantuvieron sus costumbres y ritos anteriores, gozando de un benéfico aislamiento durante ese período y su prolongación visigoda y bizantina. Ese largo letargo sólo fue turbado con la llegada de unas nuevas gentes, los árabes. La época islámica es uno de los momentos estelares de la historia alicantina y más concretamente de estas comarcas norteñas. Desde la capital del reino Taifa de Denia nacieron una serie de caminos que serán los primeros en vertebrar esta zona montañosa. Estos caminos, con la venida de los almorávides y almohades, verían levantarse los numerosos castillos que jalonan las eminencias rocosas de su geografía como vigilantes de esos territorios continuamente amenazados.
Pero, debilitada por muchos frentes la España islámica, perdería rápidamente su zona oriental (Sharq al-Andalus) a partir de mediados del siglo XIII, quedando replegados en las tierras más meridionales ante el empuje y los tratados de cooperación de los principales monarcas cristianos: Alfonso X de Castilla y Jaime I de Aragón. Este último especialmente recorrió en todos los sentidos las tierras alicantinas y estas comarcas interiores. De nada sirvieron las rebeliones de sus auténticos pobladores, como las encabezadas por Al-Azraq, caudillo musulmán natural de estos valles; el fin fue la desposesión progresiva que culminaría en el siglo XVII con la total expulsión de quienes desde el Paleolítico habían poblado y enriquecido estas tierras.
Los nuevos señores de la comarca procuraron consolidar su situación remodelando los castillos que habían construido los "moros" y enriqueciendo algunas de sus ciudades, como es el caso de Cocentaina, cabecera de la comarca y del Condado que lleva su nombre; riquezas que fueron creciendo en el período renacentista y que crearían una base artesana e industriosa que se extendió por toda la comarca, dando lugar a una de las zonas industriales más próspera de la provincia hasta nuestros días.
La comarca, que a mediados del siglo XVI era una de las más pobladas, quedó casi vacía como consecuencia de la expulsión de los moriscos. Las repercusiones de ésta en la población de los valles fueron muy importantes, ya que las explotaciones agrícolas quedaron abandonadas y los pueblos vacíos. La repoblación fue lenta y en la mayoría de los lugares de montaña nunca llegó al número anterior aunque, desde mediados del siglo XVIII, los núcleos más importantes se recuperaron rápidamente, al compás del crecimiento de la actividad industrial, concentrada en el 80% en los dos centros principales: Cocentaina y Muro de Alcoy, mientras que el resto quedó distribuido entre las pequeñas poblaciones que ocupan el fondo de los numerosos valles.
La actividad industrial está ligada desde sus orígenes a los compulsivos cursos de agua y las numerosas fuentes, y muestra de forma admirable cómo el hombre es capaz de superar las condiciones físicas que impone un territorio. La papelera y la textil han sido las que han caracterizado la zona, combinadas en menor proporción con la fabricación de calzado y artículos de piel y caucho. En las últimas décadas de 1800 aparecieron las primeras fábricas introductoras de la mecanización que, poco a poco, se habría de extender sustituyendo a las anteriores manufacturas, al tiempo que daría lugar a la creación de pequeños talleres metalúrgicos encargados de la reparación y fabricación de las herramientas y maquinaria precisas en las diferentes especialidades. Otras industrias relevantes son las relacionadas con la actividad agrícola, como las almazaras, molinos de cereales, destilación de aguardientes y un largo y variado etcétera.
Los recursos agrícolas de la comarca tienen su base fundamentalmente en el cultivo de secano: olivo, vid, cereales y, en menor proporción el almendro. Aunque se trata de una zona bien dotada en recursos hídricos y de clima, debe superar las dificultades que le impone el relieve, por lo que los cultivos y las arboledas se desarrollan en terrazas, cubriendo las laderas de los montes. Las especies que mejor se acomodan a esas condiciones físicas son determinados tipos de frutales como el manzano y el cerezo; los frutos de este último son muy apreciados a nivel provincial y su floración uno más de los múltiples atractivos paisajísticos de los valles, a los que confieren en primavera una imagen difícil de olvidar. Son muy numerosas en las propiedades agrícolas las masías, tipo de construcción rural característico de la comarca que, en ocasiones, alcanzan rango de verdadera mansión.
Consecuencia de la compleja orografía de la comarca son los numerosos parajes de fuerte pintoresquismo que invitan a la excursión. Es raro el municipio que no posee un lugar digno de visitar y contemplar; a modo de ejemplo basten las sierras de Almudaina, Benicadell y Mariola, todas ellas abundantes en bellas panorámicas, como los barrancos de l´Infern o l´Encantà, de las que se puede disfrutar al tiempo que se hace una pequeña recolección de las hierbas aromáticas que ofrece cada estación, construcciones de interés artístico o histórico, como los castillos de Lorcha, Penelles o el conjunto de ermita y castillo de Agres, la monumentalidad urbanística de Cocentaina, los neveros de Mariola, el embalse de Beniarres y muchos más que se indicarán en cada población.
Entre las fiestas populares predominan las de Moros y Cristianos, reflejo de un pasado aún patente en toda la comarca, junto a las diferentes fiestas patronales de cada municipio, abundantes romerías, pasacalles, música y artificio, en los que se hace gala de un rico folklore. También el deporte tiene manifestaciones particulares en estas tierras, en las que se conserva con entusiástico ardor, con el sentimiento de un rasgo de identidad, el juego de pilota valenciana, en sus diferentes modalidades. Es un espectáculo que vale la pena presenciar un domingo en cualquier pueblo de estos valles.
La cocina de esta comarca se caracteriza por los platos sabrosos y contundentes, apropiados para combatir el frío: pucheros, pericana, borreta, conejo al ajillo y arroces caldosos y al horno, junto a una charcutería muy artesanal y la infinita variedad de cocas que deben degustarse en cada localidad. (Alicante pueblo a pueblo. La Verdad)
TOTAL | HOMBRES | MUJERES | |
Alcoy/Alcoi | 60.476 | 29.135 | 31.341 |
Ibi | 21.180 | 10.496 | 10.684 |
Cocentaina | 10.572 | 5.180 | 5.392 |
Castalla | 7.631 | 3.780 | 3.851 |
Muro de Alcoy | 7.194 | 3.547 | 3.647 |
Banyeres de Mariola | 6.848 | 3.398 | 3.450 |
Onil | 6.777 | 3.387 | 3.390 |
Beniarres | 1.414 | 712 | 702 |
Benilloba | 920 | 466 | 454 |
Planes | 813 | 400 | 413 |
Lorcha/Orxa (l') | 778 | 393 | 385 |
Agres | 649 | 339 | 310 |
Alqueria d'Asnar (l') | 416 | 210 | 206 |
Benimarfull | 406 | 187 | 219 |
Alfafara | 388 | 187 | 201 |
Penáguila | 366 | 173 | 193 |
Gaianes | 291 | 130 | 161 |
Alcoleja | 271 | 131 | 140 |
Gorga | 257 | 133 | 124 |
Benasau | 195 | 97 | 98 |
Benimassot | 185 | 96 | 89 |
Quatretondeta | 182 | 91 | 91 |
Balones | 181 | 86 | 95 |
Benifallim | 147 | 68 | 79 |
Millena | 144 | 70 | 74 |
Facheca | 123 | 62 | 61 |
Alcocer de Planes | 123 | 52 | 71 |
Almudaina | 111 | 58 | 53 |
Benillup | 94 | 48 | 46 |
Famorca | 65 | 31 | 34 |
Tollos | 43 | 27 | 16 |
Suma | 129.240 | 63.170 | 66.070 |
Fuente:Instituto Nacional de Estadística 1/1/1999 |
En el siguiente diagrama se exponen los datos a las poblaciones con más de 5000 habitantes, demostrando la diferencia entre Alcoy y el resto de poblaciones. Como dato curioso, hay que decir que tres poblaciones no alcanzan siquiera el centenar de habitantes, siendo la población con menor número de habitantes, Tollos.
A continuación se recogen los datos totales de hombres y mujeres en la zona, en la que se puede ver una ligera superioridad de estas últimas, exactamente 2.900, de acuerdo con los datos de los que se dispone.